Ahora internet está presente en casi todos los domicilios de España, incluso con varios dispositivos para acceder a él. Pero desde hace años ha surgido Internet de la Cosas (IoT en inglés Internet of Things) y tiene mucha utilidad en la vida diaria.
Internet de las Cosas es la interconexión digital de distintos dispositivos cotidianos a través de internet.
Esto quiere decir que conecta objetos a internet y a estos mismos elementos entre sí. De esta forma se comunican todo tipo de dispositivos para aprovechar sus aplicaciones totalmente.
Mediante las redes wi-fi hoy en día se puede conseguir que casi cualquier cosa esté conectada, como los interruptores de luz de casa, electrodomésticos, termostatos, etc.
Esto resulta muy importante tanto para particulares como para las empresas. Se calcula que para finales de 2025 habrá 21 mil millones de aparatos conectados a internet.
Las compañías están dispuestas a invertir alrededor de 250.000 millones al año en IoT, porque reconocen que cambiará la forma de trabajar optimizando las acciones, reduciendo costes, con una mayor eficiencia.
Las máquinas tendrán gran cantidad de información compartida que deberá ser almacenada y procesada para que se realicen determinados procesos de forma automática.
IoT imprescindible para las empresas
Gracias a todo esto los profesionales que trabajan en las empresas podrán tomar mejores decisiones para los negocios.
Al acceder a la información que se encuentra compartida en los diferentes dispositivos, las empresas pueden comprender mejor las tendencias de sus clientes y mejorar la planificación, lo que las hace más competitivas.
Se pueden realizar seguimientos de los distintos dispositivos inteligentes conectados, recogiendo información que redunda en un mejor servicio a sus clientes, identificando patrones de actividad, fallos y formas de arreglarlos.
Es una tecnología más ecológica que aumenta la eficiencia de los edificios respetando el medio ambiente.
Supone un ahorro en energía debido al control del entorno de trabajo que, por ejemplo, podría hacer que las construcciones pasasen a modo nocturno, cuando estén fuera del horario laboral, al programar las luces y calefacción del lugar conectándolo a internet para compartir la información.
Por otro lado, Internet de las Cosas combinado con el cloud computing supone una mejor seguridad en el almacenamiento de información, ya que las empresas dedicadas a esto proporcionan más seguridad de la que una sola compañía puede darse a sí misma.
La productividad en los negocios es mayor porque podrán hacer un mantenimiento preventivo, reduciendo los productos defectuosos y los tiempos muertos en la fabricación.
El IoT afectará también a las ventas al por menor al conseguir una mejor experiencia de cliente que provocará la existencia de nuevos y variados canales de venta.
El mundo físico y el virtual se conectan y los consumidores interaccionan tanto en el establecimiento como a través del mundo online.
Seguridad en Internet de las Cosas
Claro que todo lo conectado a internet puede ser atacado por hackers, pero la nueva tecnología combinada con la apropiada seguridad y una específica formación de los trabajadores hace que las compañías protejan mejor sus infraestructuras y la información.
Para eludir los riesgos de IoT es importante personalizar las contraseñas y accesos de los dispositivos que vienen configurados de serie.
El router es uno de ellos, pero se puede proteger el punto de entrada aumentando los niveles de seguridad, mediante, firewall, cambio de contraseña al permitir que solamente unos cuantos dispositivos estén conectados a la red, según la configuración establecida.
El futuro de Internet de las Cosas
El futuro pinta un panorama en el cual IoT va a tener una importancia vital, tanto para usuarios independientes como para empresas, ciudades y comunidades.
En las casas inteligentes los artículos para el hogar se conectarán a wi-fi y eso influirá en las decisiones a la hora de comparar cualquier producto.
En cuanto a las empresas, ciudades y otras corporaciones, el futuro brinda un enorme abanico de posibilidades que redundarán en el ahorro de tiempo y dinero.
A través sistemas de vigilancia, cámaras de vídeo se podrán recopilar y manejar datos de forma remota para diseñar lo que será la ciudad inteligente con aplicaciones, por ejemplo, para la circulación vial entre otros aspectos.
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